Conaf - Ministerio de Agricultura



18 de junio, 2014

Lucha contra la desertificación: Una tarea histórica de CONAF en Coquimbo

En 1994 la Organización de Naciones Unidas declaró el 17 de junio como el Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía. En la región, CONAF junto a los campesinos y campesinas han trabajado mano a mano durante décadas para disminuir los efectos de este fenómeno.

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El estudio “Determinación de la Erosión Potencial y Actual del Territorio de Chile” de CIREN (2010), señala que la zona con mayores problemas de erosión actual en el país es la Región de Coquimbo, con el 84 % de sus suelos erosionados, 65,3 % de ellos en categorías severa y muy severa, lo que significa 2,9 millones de hectáreas con riesgo de erosión actual.

Liliana Yáñez, directora regional de CONAF, destaca que “como en el resto del país, CONAF ha tenido un rol histórico y destacado en el combate a la desertificación y sequía por medio de una serie de acciones que contribuyen a ese objetivo. Entre ellas, cuenta con programas de forestación que a la fecha han permitido el establecimiento de más de 85.000 hectáreas sobre terrenos descubiertos, siendo la forestación la única y exclusiva opción de uso para estas tierras. Las actividades de forestación, se han realizado, en su gran mayoría gracias al Decreto Ley (DL) 701, el cual en la actualidad está en proceso de discusión para su prórroga por 2 años más en materias de fomento forestal”.

Por su parte, Francisco Rojas, seremi de Agricultura, señala que “como Ministerio de Agricultura nuestro objetivo es dirigir las acciones a los pequeños agricultores, pequeños propietarios forestales y la comunidad en general, disminuyendo la desigualdad y velando por el desarrollo de una agricultura sustentable que vaya acorde a tener mayor producción silvoagropecuaria, pero también detener el avance del desierto en nuestra región a través de la labor de CONAF”.

En la Región de Coquimbo las especies utilizadas para forestación son principalmente Atriplex nummularia, Eucaliptus spp., Acacia saligna y algarrobo, especies que han logrado cambiar el paisaje de la región. Las comunas con la mayor superficie forestada son Ovalle y Canela (ambas con más de 18 mil hectáreas), Los Vilos (16.300 ha) y Coquimbo (16 mil ha aproximadamente).

Además, existen programas de manejo y recuperación del bosque nativo y formaciones xerofíticas, así como de fiscalización de las intervenciones sobre los bosques,para evitar la deforestación. También programas de prevención y combate de los incendios forestales y programas de protección y administración del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), resguardando en la región más de 15.000 hectáreas de ecosistemas y recursos únicos de flora y fauna.

Ejemplos exitosos

En toda la región, CONAF ha intervenido con los instrumentos de fomento (DL 701 y Gestión Subsidiaria) para lograr forestaciones que, gracias al compromiso de pequeños propietarios y comunidades agrícolas, han superado las dificultades que impone el secano.

Desde los inicios del DL 701, los ingenieros forestales de la región lucharon para que las plantaciones forrajeras fueran bonificables, lo que constituyó un hito nacional que ha permitido que muchos proyectos se llevaran a cabo y aún hoy después de 30 años las plantaciones continúan entregando beneficios a sus propietarios cumpliendo los fines por los que fueron instaladas.

En este sentido, un ejemplo de manejo sustentable lo constituyen las sucesivas plantaciones realizadas en los terrenos de la Sociedad Agrícola y Ganadera El Tangue, dedicada principalmente a la ganadería ovina en la comuna de Coquimbo y en la que existen más de 11 mil hectáreas plantadas desde 1984 a la fecha bonificadas mediante el DL 701.

Según relata Tomás Cuevas, presidente de la sociedad, “durante la década del 80, cuando compramos la hacienda, vimos la necesidad de forestar para reverdecer el lugar y proveer de alimento a nuestro ganado cuando no podíamos ir a la cordillera. Con el tiempo hemos logrado que las forestaciones crezcan y permitan alternar el ganado entre zonas de pastoreo y las plantaciones, de modo que no perdamos dichos recursos. Estos proyectos han permitido avances desde el punto de vista social, al entregar trabajo a gente del sector; económico, por el alimento para los animales y medioambiental, al permitir la recuperación de pradera natural”.

Asimismo en la Comunidad Agrícola Jiménez y Tapia, la más grande de Chile, los comuneros y profesionales de CONAF lograron quebrar la mano a la sequía que afecta a la comuna de Combarbalá desde hace más de una década. Durante los años 1998 y 1999 se firmaron 2 convenios de cooperación entre CONAF y el proyecto de Desarrollo Rural para Comunidades Campesinas y Pequeños Productores de la Región de Coquimbo (PRODECOP) para obras de recuperación de suelo y cosecha de agua las que permitieron el establecimiento de 100 hectáreas de forestación con especies como algarrobo, quillay, pimiento, Acacia saligna, Atriplex nummularia, entre otras.

El presidente de la Comunidad Agrícola Jiménez y Tapia, René Vásquez, relata la utilidad que ha tenido este proyecto, “cambió el paisaje en ese sector, ayudamos a mejorar el medio ambiente y la gente que vive cerca de la forestación aprovecha los restos de poda para alimentar al ganado caprino en épocas en que no están en veranadas”.

Al sur de la región, en la comunidad Mincha Sur, comuna de Canela, desde 1992 los 131 comuneros han sido actores relevantes para las forestaciones propiciadas por CONAF a través de financiamiento de la Comisión Regional de Sequía, el Programa de Apoyo al Desarrollo Forestal y los Programas de Emergencia de Empleo, enfocado a la mantención y mejoramiento de las plantaciones, lo que ha permitido a la fecha contar con 596 hectáreas forestadas con especies de carácter forrajero, principalmente Atriplex nummularia y Acacia saligna, superficie que representa un 17,5% del total predial.

Juan Domingo Pastén, quien fuera presidente de la comunidad cuando se iniciaron las forestaciones, destaca que “para nosotros ha sido muy importante la forestación porque nos ha permitido crecer económicamente pasando de 30 vacunos a 200. El manejo permite que nuestros animales se alimenten y a su vez las plantas sigan creciendo”.

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