Conaf - Ministerio de Agricultura



22 de diciembre, 2014

CONAF reforesta con la comunidad bosque de queñoas del Parque Nacional Lauca

Cinco representantes de la Asociación Indígena “Chacha Warmi Imillas Yoqallas Precordillera Marka”, que agrupa a catorce comunidades de precordillera, junto al resto del voluntariado, y quince funcionarios de CONAF, emprendieron el viaje que los llevaría a más de cuatro mil metros de altura para plantar 120 queñoas.

CONAF

Por segundo año consecutivo y triplicando el número de voluntarios del 2013, con más de treinta asistentes, la CONAF cumplió la jornada anual de reforestación del bosque de queñoa precordillerana (Polylepis rugulosa), con la esperanza puesta en llegar a revertir en algún momento la clasificación de especie ‘En Peligro’ que tiene este árbol, el que a nivel nacional sólo existe al interior del Parque Nacional y Reserva de Biosfera Lauca, en la Región de Arica y Parinacota.   En días previos en tanto, en Visviri y Caquena, se concretaba la primera entrega de plantas producidas por semilla  en el vivero de Putre, de la queñoa de altura (Polylepis tarapacana), en estado Vulnerable, repitiéndose la exitosa producción ex situ de su par precordillerana.

Y es que recuperar las únicas dos especies de queñoa que tiene Chile, de las 27 que existen en Sudamérica, no sólo tiene alcances con la conservación de estas especies en particular, según explica el director de CONAF Región de Arica y Parinacota, Guillermo Cisternas, sino constituye un objetivo que “debiera ser considerado estratégico para la región, ya que la función que cumple el bosque de queñoas tiene connotaciones vitales para quienes residimos en la región”.  Y agrega: “si no tuviésemos esta vegetación, la lluvia que cae en el período estival se perdería toda y se provocaría una catástrofe más abajo.  Este bosque tiene implicancias no sólo para la biodiversidad, sino para la conservación de los suelos y para la generación de recursos hídricos, ya que estos sectores son las cabeceras de las cuencas.  Sólo si protegemos estas áreas vamos a asegurar la recarga de napas y vertientes”.

Trabajo comunitario
Junto con el desafío de avanzar  en recuperar este bosque degradado –principalmente por la acción del propio ser humano-, para el director regional de CONAF, el otro gran reto de la jornada era tener respuesta a la convocatoria, en especial con comunidades de la zona, ya que según indica “este trabajo gira en torno a una especie propia de la tradición aymara, que es usada por las comunidades locales, y como Corporación estamos empeñados en llevar adelante nuestro trabajo con ellas.  Estamos contentos entonces, porque contamos con esta presencia andina y además nuestro llamado tuvo eco en los liceos agrícolas de San Miguel de Azapa y de Putre, más once jóvenes procedentes de Arica, así como instancias que nos han colaborado siempre como es el Regimiento Huamachuco”.

La cita comenzó poco antes de las 7 de la mañana, para enfilar hasta el sector alto de Belén.   Cinco representantes de la Asociación Indígena “Chacha Warmi Imillas Yoqallas Precordillera Marka”, que agrupa a catorce comunidades de precordillera,  junto al resto del voluntariado, y quince funcionarios de CONAF, emprendieron el viaje que los llevaría a más de cuatro mil metros de altura  para plantar 120 queñoas.  Previo al día clave, el equipo del Área Putre de CONAF, había cumplido el trabajo preparatorio dejando listas las 120 hoyaduras para recibir a los futuros árboles de este bosque nativo multifunción.  Su utilidad múltiple abarca el proteger los suelos de la erosión, mitigar las emisiones de bases del efecto invernadero, al capturar y almacenar carbono, además de mejorar la captación hídrica, son algunas de las gracias de este recurso forestal de la región.

Rogativas por lluvia
La pawa o rogativa aymara por el éxito de la actividad, fue realizada por el yatiri Teófilo Cañari, acompañado de su esposa Dora Ramírez, mostrando la importancia de la dualidad, de la cosmovisión andina.  Las sucesivas parejas participantes de la ceremonia, enunciaron sus peticiones, entre las que primó la de “lluvias abundantes”, las que cobran sentido mayúsculo en una zona que está afligida por una sequía, que se prolonga, mostrando uno de los tantos efectos del cambio climático.

Esta realidad obligó a que además de plantar, los participantes formaran una cadena humana para dar el primer riego, nada menos que a través de baldes que se llenaron desde toneles de agua llevados por los guardaparques de CONAF en sus camionetas, tarea que éstos repetirán semanalmente hasta que aparezcan los primeros signos de lluvia, cada año más retardada.

Arturo Gómez, jefe del Área Putre, contó previamente a los presentes el proceso que lleva adelante CONAF empleando la técnica de reproducción por semillas, que resulta más económica que hacer recolección de las plantas pequeñas del bosque como se hacía antes.

Andrés Huanca, tuvo a su vez el papel de coordinador de la actividad y preparó el material de apoyo técnico.  Si bien no se sabe cuánta superficie abarcaba el bosque originalmente, el proyecto consiste en hacer cada vez plantaciones en franjas de terreno ubicadas entre dos formaciones boscosas de forma de ir conectando la vegetación y lograr que el bosque tienda a ser similar o cercano a lo supuestamente fue en el pasado, y que la actividad humana fue degradando.

Para CONAF el tema reviste tal importancia, que acudieron a la actividad funcionarios de todos los departamentos en una acción transversal, haciendo presencia desde el departamento de Finanzas y Administración, así como las áreas técnicas de Fomento Forestal, Áreas Silvestres Protegidas y Fiscalización. El director de CONAF indicó que intentarán hacer dos veces al año jornadas de este tipo.

La comunidad participante
Daniel Palma, profesor de la especialidad Agropecuaria del Liceo Agrícola de San Miguel de Azapa dice “quisimos que nuestros estudiantes vinieran a conocer otra visión, distinta al cultivo de los valles.  Nos interesa que más de alguno se entusiasme y piense en venir a trabajar acá.  No sólo queremos formar técnicos agrícolas para que trabajen en las semilleras, sino en todo tipo de rubros”, indica.

Respecto del conocimiento del rol que tiene el bosque de queñoa para captar agua, piensa que “entre los jóvenes del Liceo hay más conocimiento, pero que a la gente en la ciudad lo único que le importa o sabe, es que llega el agua por la llave y nada más.  No saben que aquí nace todo”.

Doris Aguilera, presidenta de la Asociación Indígena “Chacha Warmi Imillas Yoqallas Precordillera Marka” comenta que  “este tipo de acontecimientos nos conecta con la tierra.  Es un trabajo comunitario como se hacía en forma ancestral.  La queñoa es además un patrimonio de una economía sustentable.  Valoramos esta incorporación porque el Estado tiene una deuda histórica con nuestro pueblo, ya que nos desarraigaron de esta zona desde la época de la chilenización”, afirma.

La pawa o rogativa aymara por el éxito de la actividad, fue realizada por el yatiri Teófilo Cañari, acompañado de su esposa Dora Ramírez, mostrando la importancia de la dualidad, de la cosmovisión andina.

La pawa o rogativa aymara por el éxito de la actividad, fue realizada por el yatiri Teófilo Cañari, acompañado de su esposa Dora Ramírez, mostrando la importancia de la dualidad de la cosmovisión andina.

 

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