Conaf - Ministerio de Agricultura



30 de octubre, 2015

Chile profundiza procesos participativos para la formulación de la ENCCRV

En el marco de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCRV), se encuentran realizando un conjunto de talleres que aseguran la participación de todos los actores que se relacionan o dependen del sector ambiental y silvoagropecuario.

CONAF

Participación y retroalimentación. En esos dos pilares se está sustentando la formulación de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCRV) que desarrolla en Chile el Ministerio de Agricultura, a través de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), y que además es una de las herramientas esenciales para el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de cambio climático y  desertificación, y concretamente en el contexto del eventual acuerdo de París 2015, de la Convención Marco de las  Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

Uno de los objetivos centrales en el proceso de formulación de la ENCCRV, apoyada con recursos del Fondo Cooperativo del Carbono Forestal (FCPF), ha sido la obtención de los insumos, propuestas, opiniones y visiones por parte de todos los actores vinculados con los bosques y demás recursos vegetacionales de Chile, ya que es la principal fuente de información, sobre las principales causas de la deforestación, degradación y las dificultades para el aumento de los stocks de carbono. Igualmente, se obtiene información sobre las propuestas de actividades estratégicas para combatir las principales causas, los posibles impactos negativos que se podrían generar dichas propuestas, los beneficios y aquellas medidas para mantener y/o aumentar la biodiversidad local.

Lo anterior ha sido respaldado por el Director Ejecutivo de CONAF,  Aarón Cavieres, quien precisó que junto al trabajo efectuado con diferentes organismos internacionales y nacionales, se diseñó “un modelo de talleres para que a lo largo de nuestro país las comunidades más afectadas tuvieran participación, pero además bajo un esquema en que pudieran cerciorarse que sus aportes y opiniones son consideradas, existiendo el compromiso de hacerles llegar el resultado de esta labor”.

En este contexto, actualmente se están desarrollando una serie de talleres participativos que contemplan las quince regiones del país (uno en cada región administrativa), ciclo que finalizará con un Taller Nacional. A octubre del presente año, ya se han desarrollo nueve talleres en el país, en las regiones correspondiente a La Araucanía, Arica y Parinacota, O´Higgins, El Maule, Coquimbo, Aysén, Biobío, Los Lagos y Los Ríos, con un total de 754 participantes correspondientes a 10 Grupos Focales: pueblos indígenas, académicos, sector institucional, consultores/extensionistas forestales, organismos no gubernamentales (ONG), organizaciones de mujeres, sector privado, pequeños y medianos propietarios, mujeres indígenas y pequeñas y medianas propietarias, con una importante participación también de los funcionarios y funcionarias de CONAF a lo largo del país.

Además, tal como lo resaltó Ángelo Sartori, jefe de la Unidad de Cambio Climático y Servicios Ambientales (UCCSA) de la gerencia de Desarrollo y Fomento Forestal (GEDEFF) de CONAF, en esta importante participación ha resaltado el promedio de las mujeres con un 38,4%, lo que supera de manera cómoda el 30% establecido como meta interna para este segmento, como también la gran concurrencia de mujeres y hombres de las comunidades indígenas (142 asistentes), cobrando gran relevancia los insumos obtenidos de este Grupo Focal, ya que se han obtenido propuestas planteadas desde su propia cosmovisión.

Metodología
La metodología utilizada para el proceso participativo de la formulación de la ENCCRV,  consideró en una primera instancia que cada región elaborara mapa de actores claves del territorio, bajo el criterio multi-actor, multi-sector y multi-nivel, incentivando de manera particular la participación de los pueblos indígenas, las comunidades locales y un alto porcentaje de mujeres. En segunda instancia, para el levantamiento de información, durante los talleres, se ha utilizado la metodología de los Grupos Focales (GF), que corresponden a actores claves que representan los distintos sectores de la sociedad que se relacionan directamente con los recursos vegetacionales para recoger, rescatar y poner en valor sus derechos, opiniones, visiones y necesidades de todas y todos los participantes, mediante un diálogo inclusivo y participativo, lo que permite finalmente, la reflexión y análisis en los y las participantes  para profundizar en los distintos tópicos que aborda la estrategia para lograr el objetivo final de la Estrategia Nacional el que se basa en apoyar la recuperación y protección del bosque nativo y formaciones xerofíticas, así como potenciar el establecimiento de formaciones vegetacionales en suelos factibles de ser plantados como medidas de mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático.

Este proceso participativo de formulación de la Estrategia, cuenta con el respaldo del   gerente de proyectos del Banco Mundial, Peter Jipp, quien otorga una importancia significativa en el contexto de impulsar los talleres ya que  “creemos que la iniciativa que se está desarrollando en Chile es una de las replicables a nivel internacional, especialmente por los criterios que se están estableciendo y la seriedad de los resultados que se esperan obtener. Chile ha hecho un gran trabajo en esta materia, asumiendo con gran responsabilidad la participación de las diferentes comunidades que se verán impactadas con esta labor”.

Compromiso país
Otro de los aspectos que avala el buen desarrollo de lo avanzado en la ENCCRV, es que fue incluida en La Contribución Prevista y Determinada a nivel Nacional (INDC, por sus sigla en inglés) consignada ante la CMNUCC, donde se detalla que las metas para el sector forestal, son el manejo sustentable y recuperación de 100 mil hectáreas de bosque, principalmente nativo, que representará capturas y reducción de gases de efecto Invernadero en alrededor de 600 mil toneladas de CO2 equivalente anuales, a partir del 2030, y forestar 100 mil hectáreas de suelos sin vegetación, en su mayoría con especies nativas, que representarán capturas de entre 900 mil y 1 millón 200 mil toneladas de CO2 equivalente anuales, también a partir del 2030.

Y en este compromiso, no sólo contribuirá a las acciones nacionales de mitigación, sino que también en materia de adaptación, tal como nos expresa el Director Ejecutivo de CONAF, Aarón Cavieres “nuestro compromiso es implementar acciones concretas para incrementar la resiliencia en el país, en el marco del Plan Nacional de Adaptación al cambio climático y de los planes sectoriales, con una perspectiva descentralizada y buscando la integración de los esfuerzos entre los distintos niveles de decisión (nacional, regional, municipal), pero especialmente de las comunidades locales, lo que es uno de los propósitos centrales de la ENCCRV”, especificó el Director Ejecutivo.

También sostuvo que “ha sido muy importante para Chile, especialmente para CONAF, el que en esta tarea además de diferentes organismos internacionales y gobiernos, como el de Suiza, quienes han aportado sus conocimientos y financiamiento, estemos siendo acompañados y trabajando codo a codo con el Banco Mundial, que tiene una larga experiencia en este ámbito y que busca apoyar esfuerzos de mitigación de los efectos del cambio climático, en nuestro caso, a través de encontrar mecanismos innovadores para el pago por servicios ambientales”.

Comunidad y sus aportes en el proceso participativo
Uno de los aspectos que más se ha resaltado en los talleres regionales es que los participantes viven localmente los efectos del cambio climático, pero también que están buscando fórmulas para enfrentarlo. Por ejemplo, ante la consulta acerca de las causales de degradación, deforestación y dificultades para el aumento de los recursos vegetacionales, las respuestas con mayor predominancia fueron escasez del recurso hídrico, la habilitación agrícola y ganadera,  la actividad minera, cortas indiscriminadas de vegetación e incendios, demostrando la amplitud de visiones que se tiene al respecto de los principales flagelos que los afectan.

Además, en esta misma línea, emanó desde la perspectiva de los representantes de los pueblos indígenas, como una demanda transversal, el rescate y puesta en valor de la cultura ancestral para el cuidado y manejo de los bosques y de otros recursos de la naturaleza, como el suelo. En una de estas reuniones, una mujer mapuche expresó sabiamente que “había que dejar descansar la tierra, al igual que la mujer no debe parir todos los años”. Así también lo destacó Narcisa Coris, representante de la etnia aymara de la localidad de Guallatire, región de Arica y Parinacota, quien expresó que “debemos tener un compromiso con nuestra pachamama (madre tierra), somos parte de ella y por eso tenemos que reflexionar sobre el cambio climático y cómo nos afecta ahora la sequía”.

Otro de los insumos resultantes, en este caso desde las organizaciones de mujeres del taller de la región del Maule, es que muchas de ellas “hemos tenido que estar en la disyuntiva entre el bosque o nosotros, y a veces tenemos que cortarlo por necesidad. Hemos tenido que cortar los árboles lamentablemente en las quebradas y lo que debiéramos hacer es replantar esa zona”. Lo anterior evidencia que una de las causas subyacentes de la degradación y deforestación, es la pobreza, la cual obliga a los grupos más vulnerables a tomar acciones para su subsistencia.

Así también lo reflejó Sonia Díaz, propietaria forestal de la región de O’Higgins, quien dijo “que quiero cuidar lo mío, mi tierra, y aunque tenga que andar con ojotas o a “pata pelá” (descalza) voy a hacer todo lo necesario para mantenerla produciendo. Por eso estoy aquí, para compartir mi experiencia, pero también para aprender, para que en conjunto salgamos adelante”.

En las conclusiones de cada uno de los talleres realizados hasta ahora, queda claro que la asociatividad y la confianza será un pilar fundamental para que el país, pero espacialmente sus comunidades, contribuyan a la mitigación del cambio climático y a la adaptación de sus efectos, mediante el manejo y recuperación de sus formaciones vegetacionales, y a la vez perciben que es una opción viable el diseño y la  puesta en marcha de u mecanismos para el pago por servicios ambientales.

Taller participativo para la formulación de la ENCCRV en Valdivia.

Taller participativo para la formulación de la ENCCRV en Valdivia.

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