Conaf - Ministerio de Agricultura



Operaciones aéreas

A contar de los años 20 se pensó en emplear aeronaves, tales como dirigibles y aviones biplanos de la época, para lanzar agua sobre el fuego y combatir los incendios forestales

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Luego de la Segunda Guerra Mundial quedaron muchos aviones disponibles. En un principio se lanzó agua en bombas que hacían explosión y dispersaban el agua, pero era peligroso. Luego se diseñaron sistemas de estanques y compuertas para lanzar agua libre (1953). Así se inició una amplia adaptación de aviones en EE.UU. y Canadá.

Las siguientes guerras y el desarrollo de la aviación comercial con aviones jet proveyeron de aeronaves a hélice para su acondicionamiento como aviones cisterna. Sin embargo, un avión especialmente diseñado para combate de incendios forestales y de amplio uso actual es el CL 215 (415, versión a turbohélice), canadiense. Lo operan en Quebec, Francia, España y Grecia.

En Chile dos aviones cisterna del tipo denominado en Canadá como CANSO (avión usado en la II Guerra Mundial y denominado militarmente PBY) se arrendaron por primera vez a empresas aéreas de Canadá, en el verano de 1968. Se continuó arrendando en años posteriores a Canadá y EUA. En 1971 la empresa chilena Aeroservicios Parragué puso en vuelo al primero de sus tres CANSO con que CONAF operó hasta 1987.

Modelos de aviones usados en pulverizaciones aéreas en la agricultura, llamados aviones fumigadores, se han adaptado también para combate de incendios forestales.

Un desarrollo semejante ocurrió con el uso de helicópteros, donde la guerra de Vietnam y desarrollos comerciales posteriores abrieron un amplio mercado de modelos y tipos de helicópteros. Un helicóptero Sikorsky S58 de la Armada se empleó por primera vez en Chile en diciembre de 1967, cerca de El Belloto (Quilpué). Luego se hizo habitual desde 1970, al principio con aeronaves pequeñas, ahora medianas.

Aviones cisterna

Los aviones cisterna permiten lanzar agua pura sobre el fuego o agua con aditivos o productos químicos en su trayectoria. En Chile generalmente se usa agua sola o bien agua con un espumógeno para generar espuma que cubra al combustible. De menor uso es el retardante de larga duración, a base de sales de amonio.

En el mundo muchos aviones comerciales a hélice o turbohélice se han transformado como aviones cisterna. También se aprovechan aviones fumigadores de uso agrícola, pero lanzando agua en forma compacta. Todos los aviones cisterna requieren de uno o más estanques interiores, un dispositivo o forma de carguío y compuertas para evacuar el líquido.

Por su capacidad de estanque los aviones cisterna se clasifican en livianos, de menos de mil litros de capacidad; medianos, de mil a 5.500 litros; y pesados, más de 6.000 litros.

Según la forma de abastecimiento, los aviones cisterna de carguío en tierra operan en pistas duras y requieren de instalaciones de estanques, bombas y mangueras que permitan cargar la aeronave. Por ejemplo, el Dromader de 2.000 litros. Otro avión del mismo tipo es el Air Tractor AT 802, turbohélice de 3.000 litros. Ambos operan en Chile.

Los aviones cisterna de carguío en agua operan desde una fuente de agua y llenan sus estanques a través de uno o dos tubos de 5 pulgadas de diámetro, que bajan unos centímetros desde el casco mientras la aeronave se desliza sobre el agua en un lago o bahía tranquila. El agua entra a presión a los estanques interiores. En el CL 415, de 5.500 litros de capacidad, la maniobra demora unos 18 segundos en un recorrido de unos 600 metros sobre el agua. Estos aviones tienen la ventaja de no requerir instalaciones terrestres, pero dependen de la existencia de lagos o bahías tranquilas en la cercanía del incendio. Por ser un avión anfibio, el CL 415 también puede ser cargado en pistas duras, pero la maniobra es lenta y requiere de un abundante y continuo abastecimiento.

En Chile, desde 1971 a 1987, CONAF contrató aviones cisterna, anfibios, del tipo CANSO, de propiedad de una empresa nacional, Aeroservicios Parragué, al principio uno y llegando más adelante a tres unidades. El advenimiento del helicóptero, con capacidades y usos más versátiles, desplazó a este tipo de aviones. El CANSO cargaba 4.000 litros de agua, sin adicionar espuma.

De igual forma, desde la década de los años 70, CONAF contrató aviones cisterna del tipo fumigador agrícola. Primero fueron Piper Pawnee, luego Cessna Ag-wagon y, en los 80, PZL M 18 Dromader y, ocasionalmente, Air Tractor AT 802. Para combate de incendios forestales, estos aviones del tipo fumigador lanzan el agua en forma compacta, no pulverizada.

Actualmente, desde el verano del 2007, CONAF opera directamente tres aviones cisterna institucionales adquiridos por el Ministerio de Agricultura. Son aviones PZL Dromader, polacos, de 2.000 litros de capacidad. Dos operan en Rodelillo (Valparaíso) y uno en Carriel sur (Concepción).

La operación con aviones cisterna está regida por ciertos principios básicos. Entre ellos entender que sólo son baldes con alas, es decir una herramienta más de combate, no son un sistema independiente ni de control total al fuego. Apoyan al combate terrestre y deben trabajar en coordinación con las Brigadas.
Deben ser utilizados preferentemente en ataque inicial, en los primeros momentos del incendio, en incendios pequeños o bien en focos pequeños de incendios más grandes. Extinguir grandes focos será inefectivo y costoso.

Además, el abastecimiento debe estar cercano, para impedir que el fuego rebrote mientras la aeronave vuelve a su lugar de abastecimiento, ya sea un aeródromo o un lago.

También debe existir una adecuada comunicación entre el Jefe de Incendio y el piloto de la aeronave, con lenguaje preciso e instrucciones claras y oportunas dónde y cuándo lanzar. Debe entenderse, finalmente, que en definitiva es el personal terrestre el que controla y extingue el incendio.

Helicópteros

El helicóptero se usa para sobrevolar el incendio, evaluando la situación y el desarrollo del combate; para el transporte de personal de brigadas a lugares de difícil y lento acceso; para transporte de equipos y carga; para traslado de accidentados; y para lanzamientos de agua y espuma.

Cada temporada, y para operar desde la Región de Valparaíso hasta Los Lagos, CONAF contrata entre seis y siete helicópteros del tipo Bell 212, Bell 407 y Garlick UH-1D. A ellos se suma un helicóptero institucional biturbina Sokol, polaco, adquirido por CONAF el año 2009.

Para los lanzamientos los helicópteros usan dos modalidades. Una con un helibalde, dispositivo como balde que cuelga bajo el casco y que se llena en fuentes naturales o estanques. El agua es liberada por una tapa inferior que es abierta con un dispositivo de control operado por el piloto. La otra modalidad es con un estanque incorporado, adosado al casco, llenado con bombas en tierra o en vuelo estacionario sobre el agua usando una motobomba eléctrica.

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¡Atención operadores aéreos! Aquí puedes descargar el “Protocolo operacional vigente de CONAF”.

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