Reserva Nacional Ñuble cumple 46 años como refugio del huemul y la biodiversidad cordillerana

Esta área protegida posee más de 75 mil hectáreas dedicadas a la protección de un rico ecosistema andino de Chile central, donde destaca la conservación del huemul y su hábitat nativo.

La Reserva Nacional Ñuble, ubicada en la cordillera de Los Andes, entre  las regiones de Ñuble y Biobío, cumple 46 años de su creación como área protegida del Estado, considerando la publicación del decreto de creación el día 24 de noviembre del año 1978. Desde esa fecha, su objetivo ha sido conservar el patrimonio cultural y natural andino de la zona central de Chile, donde destaca la especie del huemul (Hippocamelus bisulcus).

Cuenta con 75.078 hectáreas entre valles, cumbres y lagunas cordilleranas, donde se resguardan ecosistemas andinos conformados principalmente por bosques nativos de lenga, ñirre, robles y ciprés cordillerano que albergan  a más de un centenar de especies de fauna como el puma (Puma concolor), el cóndor (Vultur gryphus) y el carpintero negro (Campephilus magellanicus), muchas de ellas en estado vulnerable o en peligro de extinción debido al crecimiento de la actividad humana y los impactos del cambio climático en el territorio. La importancia de su biodiversidad fue relevada el año 2011 al ser parte de las zonas de mayor protección del territorio más amplio confirmado por la Reserva de la Biosfera Corredor Biológico Nevados de Chillán – Laguna del Laja (UNESCO).

En el caso del huemul, declarado Monumento Natural, la Reserva Nacional se ha convertido en un territorio especialmente dedicado a la conservación e investigación de la acotada población detectada en la cordillera de la zona central del país.

Esta Reserva Nacional se encuentra administrada por la Corporación Nacional Forestal en la región de Ñuble, a través de un equipo de guardaparques que realiza un trabajo activo y permanente para garantizar el cumplimiento del plan de manejo, en materias de monitoreo, patrullajes, investigación científica, educación ambiental y promoción de una visitación responsable.

Actualmente, el área protegida cuenta con senderos de trekking, miradores y zonas de camping, donde los visitantes deben cumplir rigurosamente con las normas de conservación dentro de un área protegida como la prohibición de uso de fuego en zonas no permitidas, la prohibición de llevar mascotas y garantizar el retiro de la basura, entre otras medidas para proteger la biodiversidad del territorio.

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