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Club Forestín

Forestín, embajador de CONAF y con muchos seguidores a través de los años, tiene su propio club.

¿Quién es Forestín?

Forestín es la mascota de la Corporación Nacional Forestal, CONAF, dependiente del Ministerio de Agricultura, quien fue creado a fines de los setenta por la ingeniera forestal Gabriela Omegna, quien se inspiró en el Oso Fumarola de Estados Unidos.

De esa idea nació Forestín, quien en principio fue creado específicamente para prevenir los incendios forestales. Sin embargo, con el correr del tiempo, representa todo lo que significa el cuidado y respeto por nuestra naturaleza, siendo reconocido como uno de los personajes centrales de la protección del medio ambiente en nuestro país.

Por eso, algunas veces lo podemos ver realizando acciones como guardaparques, fiscalizador o arborizando distintas partes del país.

Forestín representa a un coipo (Myocastor coypus), animal nativo del sur de Sudamérica y en Chile es posible encontrarlo entre las regiones de Coquimbo hasta Tierra del Fuego, pertenece a la familia de los roedores. Frecuenta ríos, pantanos y lagos. Tienes ojos y oídos pequeños.

Está adaptado perfectamente a los ambientes acuáticos, es vegetariano y con la ayuda de sus grandes incisivos (dientes) se alimenta de algas que encuentra al fondo del agua. Cuando se siente seguro, se puede encontrar a la orilla de estos ambientes.

Había una vez, en un bosque de este hermoso país, exactamente en el mes de enero de 1977, cuando debido al calor y la falta de lluvia, propias del verano, los pastizales se encontraban muy secos, un grupo de jóvenes, cerca de los pastizales y el bosque, hicieron una fogata para calentar comida.

Cuando anocheció, se durmieron en sus carpas pero no tuvieron la precaución de apagarla bien. Quedaron algunas brazas y al estar cerca del pastizal seco, generaron un devastador incendio forestal, ante lo cual los jóvenes asustados, tuvieron que salir corriendo del lugar.

Personal de CONAF a la distancia advirtió el humo que generaba el incendio y se desplazó rápidamente a combatirlo.

Tuvieron que trabajar muchas horas para controlar el fuego originado por el descuido de los jóvenes.

Una vez extinguido el incendio, lo que se logró después de una semana de arduo trabajo, los brigadistas muy cansados se dirigieron de regreso a cu campamento, pero se detuvieron en la ribera de un estero, pues encontraron una cría de coipo que yacía a punto de morir, ahogado por el humo.

El jefe de incendios, que estaba a cargo de comandar las brigadas que acudieron a apagar el incendio forestal, se acercó a él creyéndolo muerto, pero luego al tomarlo en sus brazos, se dio cuenta de que aún vivía. Lo envolvió en su chaqueta y lo llevó a un Parque Nacional, donde los guardaparques lo cuidaron y lo alimentaron.

Transcurrido el tiempo el coipo creció muy feliz. Sus amigos pusieron su foto en afiches, calcomanías, spot de televisión, pero como todavía no le encontraban un nombre que le gustara a todos sus padres adoptivos, en el verano de 1983, se realizó un concurso de televisión con la participación de los niños del país, para darle un nombre a este símbolo de CONAF.

Desde ese momento, pasó a llamarse FORESTÍN, que es el nombre con que ustedes hoy conocen y que a manera de agradecimiento a lo que CONAF hizo por él, ayuda a enseñar cómo cuidar la naturaleza, los bosques, los parques nacionales y reservas forestales y lo más importante evitar los incendio forestales. (CONAF, 1985).