Los resultados del monitoreo de cambios de usos de la tierra del programa SIMEF (Sistema Integrado de Monitoreo de Ecosistemas Forestales) de la Subsecretaría de Agricultura, y en el cual participa CONAF, fueron presentados recientemente en el Seminario “Rol del Monitoreo de los Ecosistemas Boscosos y Formaciones Xerofíticas en las Políticas Públicas”, organizado por SIMEF, Instituto Forestal y FAO Chile, con la colaboración de CONAF y CIREN.
En la sede del organismo mundial, se dieron a conocer estos resultados, que sirven como base para múltiples actores a nivel nacional e internacional.
El seminario estuvo enmarcado en la apertura de un espacio para debatir los diferentes desafíos y oportunidades en la gestión forestal, presentando los avances y resultados de las diferentes instituciones que pertenecen a este programa de la Subsecretaria de Agricultura, y terminando con una mesa redonda donde intervinieron sectores de la academia y representantes de diferentes organizaciones de la sociedad civil.
Elke Huss, gerenta de Evaluación y Fiscalización de Ecosistemas de CONAF, expuso sobre el trabajo de monitoreo de cambios de usos de la tierra que realiza la Corporación Nacional Forestal dentro de las actividades del programa SIMEF, destacando la importancia de este insumo cartográfico, debido a que estos mapas tienen una periodicidad bienal a escala nacional, labor sustentada en el Catastro de Recursos Vegetacionales.
Según lo señalado por la gerenta, “esto nos ha permitido realizar un seguimiento histórico y espacialmente explícito del uso de la tierra, además de ser base para los reportes nacionales e internacionales, como el Inventario de Gases de Efecto Invernadero (INGEI), Anexo Técnico de Resultados REDD+ y las Evaluaciones de Recursos Forestales Mundiales (FRA-FAO)”.
Asimismo, explicó que el trabajo desarrollado por el Departamento de Monitoreo de Ecosistemas y Cambio Climático sobre los mapas de usos y cambios de usos de la tierra “nos muestra algunas de las aristas de la dinámica regional de los cambios ocurridos en el bosque nativo, como la magnitud de los cambios, el uso de destino de éstos y su ubicación espacial, entre otras características. Como resultado de la constante actualización de los mapas a través del tiempo, se puede tener la trazabilidad de las superficies monitoreadas del bosque nativo. Esto permite utilizar los mapas de usos y cambios de usos como una herramienta de diagnóstico y reporte de los cambios locales, comunales, regionales, nacionales e internacionales”.