Jardín Demostrativo Manavai: conservación de la biodiversidad de Rapa Nui

La iniciativa busca preservar la biodiversidad vegetal de Rapa Nui por medio de un modelo participativo y sustentado en innovaciones ancestrales de esta comunidad insular.

Fruto del proyecto entre la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y Klorane Botanical Foundation, se inauguró el Jardín Demostrativo Manavai en Rapa Nui, el cual es una zona de conservación botánica protegida de más de 4000 m donde las plantas nativas se conservan en estructuras inspiradas en una innovación creada por la antigua cultura de esta isla.

En la inauguración participaron representantes de los organismos públicos de la isla, líderes comunitarios, docentes de las escuelas locales y una delegación de estudiantes de la Aldea Educativa de Isla de Pascua, ya que estos jóvenes y su profesor estuvieron involucrados en el proceso de desarrollo del jardín.

El Jardín Demostrativo Manavai alberga al aire libre una amplia colección de especies vegetales nativas y endémicas de la isla, varias de las cuales se encuentran con serios problemas de conservación. Además, las amenazas como los incendios forestales reiterados, el tránsito descontrolado de ganado por la isla y el cambio climático están llevando a una situación en extremo crítica a varias especies de flora, por lo que dificulta proyectar la conservación in situ en los espacios silvestres del territorio y de ahí la necesidad de propagar las plantas en áreas muy controladas.



Tecnología antigua para un desafío actual

Una clave del proyecto radica en el rescate de una innovación tecnológica ancestral de Rapa Nui: el manavai. Esta palabra de la lengua rapa nui se puede traducir como “el poder del agua”. Estas estructuras circulares construidas con piedras volcánicas representan la capacidad de adaptación de la antigua cultura isleña frente a los desafíos ambientales que se vivieron en siglos pasados. Las investigaciones sugieren que alrededor del siglo XVI hubo alteraciones climáticas que pusieron en riesgo a la población.

Dentro de estos círculos de piedra, las plantas se benefician de condiciones más húmedas y protegidas del viento. Estas estructuras son sencillas pero propias de la isla y son una solución que ya demostró su importancia en tiempos pasados. Se conocen al menos 1500 manavai dispersos por la isla, lo que demuestra su amplio uso en las aldeas de la antigüedad.

El proyecto se diseñó para ser un modelo de conservación participativa y comunitaria, donde la población local juega un papel central. “Este jardín es más que una colección de plantas, es un centro de aprendizaje vivo donde la comunidad puede reunirse para comprender y participar de forma activa en la preservación práctica de nuestro patrimonio natural. En ese sentido, es una herramienta a disposición de nuestra comunidad, y por lo tanto, el éxito de esta iniciativa dependerá en gran parte del grado de compromiso de nuestros aliados y voluntarios”, expresó Enrique Tucki, profesional de la Unidad Técnica de CONAF Rapa Nui.

Por eso, la gestión del jardín se llevará a cabo con la “Red de Conservación MANAVAI”, la cual promoverá la participación, supervisará los aspectos técnicos y canalizará el aporte del voluntariado. Pero además, fomentará la estrategia sencilla y eficaz basada en la creación de pequeños jardines de conservación.

Un objetivo clave de esta red es multiplicar la cantidad de espacios donde se cultivan y protegen las plantas nativas de la isla, usando preferentemente manavai, pero también otros sistemas. Los manavai pueden ser de diferentes tamaños, reciclar materiales, y ser construidos en patios, jardines, hoteles, restaurantes, plazas, escuelas y parcelas.

La Red de Conservación Manavai cuenta con un sitio web oficial https://manavairapanui.org/conservacion/ donde se puede encontrar información detallada sobre la red, cómo participar, avances del proyecto y recursos educativos.

La inauguración de este espacio de conservación en Isla de Pascua marca un hito importante en la lucha por la conservación de la flora nativa de Rapa Nui y fortalece la identidad cultural de la comunidad al poner en valor estas estructuras ancestrales. Pero más importante aún, destacan sus gestores, abre una puerta para que Rapa Nui haga un nuevo esfuerzo de conservación y se haga partícipe directo del desafío de salvar las últimas especies nativas y endémicas de este territorio insular.

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