Con el propósito de fortalecer el turismo indígena y difundir el patrimonio cultural del altiplano, se desarrolló un proyecto conjunto entre la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) en el Parque Nacional Volcán Isluga (PNVI) denominado “Fortalecimiento de la actividad turística indígena en el área silvestre protegida Parque Nacional Volcán Isluga para mejorar la promoción y comercialización de rutas turísticas en sitios de significación cultural y patrimonial insertos en el parque año 2024” que concluyó recientemente luego de un año y medio de trabajo.
El proyecto tuvo como objetivo principal posicionar rutas y servicios de turismo indígena que releven la cultura, el patrimonio y el ecoturismo del área protegida, fomentando un modelo de desarrollo sustentable y con identidad local. En este marco, se beneficiaron directamente los pueblos de Jaiña y Enquelga, quienes participaron en todo el proceso de diseño, planificación y ejecución.
Miriam Colque, presidenta de la Junta de Vecinos de Jaiña, manifestó su alegría frente al proyecto, destacando que “este trabajo ha generado varias expectativas en la comunidad debido a que hoy solamente nos dedicamos a la agricultura y un poco la ganadería, entonces esto amplía los horizontes de la economía circular hacia el turismo, mostrando los beneficios que tiene la agricultura del territorio; el agua que es de vertiente, los sistemas de cultivo que son ancestrales, el sistema de regadío, etc, nos ha puesto el desafío de recuperar prácticas que teníamos y revalorar el espacio en el que estamos viviendo”.
Entre los principales productos logrados destacan la construcción de nueve miradores y diez paneles interpretativos en el sendero turístico de Jaiña, así como la elaboración de letreros informativos para 10 emprendedores de Enquelga, que contribuyen a fortalecer su identidad y mejorar la experiencia de los visitantes. A ello se sumó la fabricación de señalética interpretativa e informativa para CONAF, el rediseño e impresión de la folletería oficial del parque y la edición de material promocional complementario destinado a los circuitos turísticos del altiplano.
“Este proyecto representa un ejemplo concreto de cómo el turismo sustentable puede ser un vehículo de fortalecimiento cultural y económico para las comunidades indígenas, integrando su cosmovisión y rol ancestral como custodios del territorio y su biodiversidad, como también refuerza un modelo de trabajo interinstitucional, articulado y efectivo de ambas Corporaciones, para el fortalecimiento del turismo indígena regional”, destacó la directora regional de CONAF Tarapacá, Natalia Ortega Osses.
Durante el proceso se desarrollaron instancias participativas con dirigentes y pobladores locales, quienes definieron las prioridades y orientaciones de la iniciativa. Estas reuniones permitieron asegurar la pertinencia cultural y territorial de los materiales, además de fortalecer la vinculación entre los equipos técnicos de CONAF y las comunidades beneficiarias.
Pertinencia cultural aymara
Uno de los hitos simbólicos fue la ceremonia de “primera piedra” realizada en Jaiña, donde los participantes efectuaron una pawa, tradicional rito aymara en el que se pide permiso y bendición a la Pachamama y los malkus para resguardar las obras y el entorno natural. Este gesto marcó el inicio de un trabajo conjunto que fusiona infraestructura moderna con respeto por las tradiciones ancestrales.
La administradora del Parque Nacional Volcán Isluga, Ángela Troncoso, indicó que “este proyecto no solo ha fortalecido la infraestructura turística del parque, sino que ha reforzado nuestra vinculación con las comunidades aymara, con quienes compartimos el propósito de conservar el territorio desde su propia cosmovisión. El turismo sustentable se convierte aquí en una estrategia concreta de conservación, porque al valorar y difundir el patrimonio natural y cultural, las propias comunidades se transforman en aliadas activas en la protección de la biodiversidad. Este trabajo conjunto demuestra que el desarrollo turístico y la conservación pueden avanzar de la mano, cuando se construyen con pertinencia cultural y respeto por el entorno”.
Con la finalización de este convenio, el Parque Nacional Volcán Isluga no solo mejora su infraestructura y oferta turística, sino que también consolida un modelo de turismo con identidad, donde las comunidades y emprendedores aymara son protagonistas en la protección y difusión de su territorio ancestral.
“El impacto social del proyecto ha sido significativo. Las comunidades cuentan hoy con herramientas más profesionales para comenzar a desarrollar sus emprendimientos que permitan atraer visitantes, lo que abre oportunidades de ingresos a través del turismo. Además, la señalización interpretativa y los materiales gráficos difunden la cosmovisión, prácticas y tradiciones aymara, reforzando el orgullo identitario y el respeto por los sitios de significación cultural y ecológica del parque”, concluyó la directora Ortega.










