CONAF Biobío presenta denuncia por caza ilegal de fardela blanca en Isla Mocha

Desde hace más de dos décadas, CONAF Biobío ha desarrollado diversas estrategias de conservación en la isla.

La Corporación Nacional Forestal (CONAF), en su rol de administradora de la Reserva Nacional Isla Mocha, ha interpuesto una denuncia formal ante la Fiscalía Regional del Biobío tras la detección de acciones de caza ilegal que han afectado a ejemplares de fardela blanca (Ardenna creatopus), una especie de ave marina categorizada como “en peligro” en Chile.

“Estos hechos, protagonizados por algunos residentes de la Isla Mocha, constituyen una grave amenaza para esta especie, cuyo principal sitio de reproducción a nivel mundial es precisamente la Isla Mocha. La caza de polluelos o adultos de fardela blanca está estrictamente prohibida y sancionada por la Ley de Caza”, indicó el director regional de CONAF, Esteban Krause.

La fardela blanca pasa la mayor parte del año en altamar, desde las costas de Canadá hasta el sur de Chile, y solo toca tierra para nidificar entre octubre y mayo. Este proceso de reproducción ocurre exclusivamente en tres lugares del mundo: las islas Robinson Crusoe y Santa Clara, en el Archipiélago de Juan Fernández y en la Isla Mocha, frente a las costas de Tirúa. En estos sitios, las parejas —monógamas de por vida— construyen madrigueras en el suelo del bosque para incubar su único huevo y alimentar a la cría hasta que esté lista para volar.

Desde hace más de dos décadas, CONAF Biobío ha desarrollado diversas estrategias de conservación en la Isla Mocha, incluyendo programas de educación ambiental. Uno de los pilares de este trabajo ha sido la Copa Fardela, un evento deportivo y educativo que se realiza hace 15 años junto a la ONG Oikonos y la Seremi del Medio Ambiente, al inicio de la temporada de nidificación.

Al respecto, el directivo agregó que “esta iniciativa ha contribuido a la valoración del rol ambiental y cultural de la fardela blanca entre la comunidad local y ha ayudado a erradicar la antigua práctica —hoy marginal— de consumo de sus polluelos”.

La detección de estos lamentables hechos, que atentan contra décadas de esfuerzos de conservación, ha motivado la presentación de acciones legales. CONAF espera que se identifique y sancione a los responsables, reafirmando así el compromiso con la protección de la biodiversidad y el cumplimiento de la legislación ambiental vigente.

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