En el marco de la alianza entre la Corporación Nacional Forestal (CONAF) Los Ríos y The Nature Conservancy (TNC), se desarrolló en octubre el taller “Fortaleciendo la cogestión para el bienestar humano y la conservación”, instancia que reunió a representantes de Conaf a nivel central, regional y de áreas protegidas, del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) y la academia, para analizar los avances y desafíos en la gestión colaborativa de las áreas protegidas del país.
Renata Vercellino, Jefa del Departamento de Gobernanza y Participación de Áreas Protegidas de Conaf, valoró la instancia de trabajo y “la idea es poder ampliarlo y conformar una red nacional donde podamos involucrar tanto a las comunidades, como también a otros actores que tienen incidencia y que están interesados en las áreas protegidas”, contó.
Un sistema de gobernanza de áreas protegidas con cogestión en áreas protegidas establece un modelo formal y vinculante para la toma de decisiones compartida entre el Estado o administradores privados y las comunidades locales, incluyendo pueblos indígenas con vínculos culturales, históricos o de uso tradicional en el territorio. Este enfoque reconoce derechos y saberes, integrando a estas comunidades como socios estratégicos en la planificación, el monitoreo, en la resolución de conflictos y la distribución de los cobeneficios de la conservación. Más que un mecanismo operativo, la cogestión busca equilibrar la conservación de la biodiversidad con el bienestar humano, fortaleciendo la legitimidad social y asegurando procesos participativos, transparentes y respetuosos de la autonomía y cosmovisión de los pueblos originarios.
La cogestión es un enfoque integrado de conservación, donde la protección de la biodiversidad se articula directamente con el bienestar humano más allá de los indicadores ecológicos y económicos tradicionales, incorporando la percepción y la calidad de las relaciones como elementos centrales del éxito en la gestión de los territorios.
Por eso, la participación de estos procesos es la base. David Faivovich, Coordinador de relacionamiento comunitario en TNC Chile, “Es necesario que las comunidades se involucren, que sientan que la conservación del territorio les pertenece y que de su cuidado hay un beneficio también, en términos de bienestar humano, de medios de vida económicos. Pero si no hay este involucramiento de las comunidades, se caen todos los esfuerzos y no se sostienen en el tiempo.
Entre las principales conclusiones, se subrayó la necesidad de institucionalizar la cogestión como política de Estado transversal, junto con fortalecer la formación de equipos especializados en vinculación comunitaria y gobernanza participativa. También se acordó avanzar hacia la creación de una matriz unificada de indicadores que permita medir de manera estandarizada el bienestar humano asociado a las áreas protegidas.
Asimismo, los participantes destacaron el valor del factor humano como recurso clave para la cogestión, priorizando habilidades como la empatía, la confianza y la capacidad de diálogo intercultural. El documento final propone fortalecer los indicadores de gobernanza indígena, el autocuidado del personal gestor y la formación nacional en bienestar humano para consolidar una red de cogestores sólida y representativa.
La visión compartida proyecta un Sistema de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) plenamente integrado, donde la conservación se sostenga sobre una red articulada de cogestores locales, con financiamiento asegurado y un compromiso efectivo del Estado. Como siguientes pasos, se definió la conformación de un equipo núcleo y la presentación de un plan de trabajo por ejes en diciembre, que marcará el inicio de un proceso de instalación gradual de la red a cinco años.
