Revista Chile Forestal N° 402, febrero-marzo 2022

22 / Chile Forestal estratégicos -tanto del sector público como privado-, y se estudió la viabilidad de financiamiento. MODELOS DE GESTIÓN FORESTAL Los proyectos ejecutados en el marco del Programa Nacional ONU REDD en Chile permiten observar una amplia gama de intervenciones con pertinencia territorial, asociadas a los problemas específicos de cinco regiones del país con características y ecosistemas muy diferentes. En Coquimbo, Región Metropolitana y La Araucanía se realizaron proyectos de Modelos de Gestión Forestal (MGF) y de Pago por Servicios Ambientales (PSA). Mientras, en Magallanes se ejecutó un plan de MGF y en Los Ríos fueron dos iniciativas de PSA. Con los modelos de gestión se logró intervenir un total de 554 hectáreas: 200 en Coquimbo, 42 en la RM, 285 en La Araucanía y 27 en Magallanes. En el caso de Coquimbo, se desarrolló un modelo socioambiental para restauración de tierras semiáridas. El jefe del Departamento de bosque y cambio climático de CONAF en esa región, Diego Morales, destacó que “el programa permitió encontrar una forma más pertinente de intervenir los territorios y que recogiera la realidad social y ambiental de la región, considerando que gran parte de los proyectos los implementamos en sectores donde no hay formaciones de bosque, sino que hay formaciones xerofíticas. Estas son un recurso bastante valioso y que afortunadamente este programa permitió reconocer, en términos de poder hacer manejo y restauración de estas áreas”. Morales comentó que uno de los proyectos consistió en apoyar a la comunidad agrícola Peña Blanca en su idea de resguardar una reserva ecológica de la ciudad de Ovalle. “Gracias a esa buena experiencia, ahora queremos profundizar y motivar a otras comunidades agrícolas que puedan proteger sectores donde hay vegetación y biodiversidad relevante como una alternativa de adaptación al cambio climático”, dijo. En un sentido similar se refirió el coordinador de CC del Departamento de bosque y cambio climático de CONAF de la Región Metropolitana, Carlos Ravanal, apuntando a la importancia de “identificar actores locales que sean proactivos en el tema de la restauración; la comunidad agrícola Villa Alhué fue pionera dentro de la región y ese esfuerzo se recompensó con este programa”. Uno de los problemas de la zona de Alhué es la escasez hídrica -para consumo humano y actividad agrícola-, producto de la sequía y el deterioro de los ecosistemas, por eso el proyecto consistió en un plan hidrológico para gestionar la escorrentía superficial y aumentar la infiltración mediante técnicas de cosecha de aguas lluvia y conservación de suelos, adaptación por medio de plantación suplementaria de bosque de especies nativas para la zona semiárida. Desde La Araucanía, el coordinador de CC del Departamento de bosque y cambio climático de la CONAF regional, Omar Levet, explicó que el Programa Nacional ONU REDD se concentró particularmente en la restauración de bosque -araucaria y coihue- quemado en el megaincendio de 2015 en la precordillera andina, para lo cual no había financiamiento. La meta, dijo Levet, era restaurar 90 hectáreas, pero gracias a la metodología de restauración en núcleo se ejecutaron casi 300 hectáreas. Y, a partir de este proyecto piloto, surgieron otras dos iniciativas con la comunidad mapuche de Quinquén: reducción de la vulnerabilidad socioambiental frente a los impactos del cambio climático, y piloto de Pago por Servicios Ambientales. En el primero, uno de los logros destacados fue la formación e implementación de una brigada mapuche-pehuenche voluntaria contra incendios. Y respecto al PSA, se realizó un plan para recuperar la recolección sustentable del piñón -fruto de la araucaria-, que se busca replicar en otras comunidades. Levet coincidió en que “las metodologías participativas son clave. En estos años hemos visto

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