Revista Chile Forestal N° 401

Chile Forestal / 5 manejo sustentable, restauración, revegetación, forestación y prevención de incendios (25.000 ha) y para fortalecer la institucionalidad nacional en seis regiones - Maule, Ñuble, Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos. Por las razonespor todos conocidas, enoctubre del año 2019, Chile debió renunciar a organizar la COP 25. Con los años que usted lleva en nuestro país ¿cree que lamentablemente se perdió una gran oportunidad para haber dado a conocer con más fuerza los problemas que están afectando al Cono Sur con el cambio climático y haber recibido mayor atención de los países del Norte? –Nadie podría negar que la realización de la COP25 en Chile hubiese sido una gran oportunidad para posicionar el liderazgodel país en temas ambientales y de cambio climático a nivel mundial. Ahora bien, dado el contexto sociopolítico de octubre 2019, el país no estaba en las condiciones para poder asegurar una logística adecuada y una organización segura del evento. Por ende, creo que la decisión de llevar a cabo el evento en Madrid fue la decisión más correcta en estas circunstancias. En efecto, la alianza con España para la organización de la COP25 ha permitido a Chile posicionarse en la materia, dar a conocer sus avances y también promover acciones como la Plataforma de acción climática en Agricultura en América Latina y El Caribe (PLACA), que cuenta con la secretaria de FAO y CEPAL, y es una instancia que potencia la acción climática de los ministerios de agricultura en los países de la región, para fortalecer capacidades y fomentar iniciativas que permitan el intercambio de experiencias y buenas prácticas. Además, Chile impulsó la agenda de los Océanos y el rol del sector privado a través de la iniciativa Race to Zero liderada por Gonzalo Muñoz, el High-Level Climate Action Champion de la COP25. Finalmente, después de dos años a la presidencia, Chile ha avanzado en crear una política de estado en temas de cambio climático (MMA). La presidencia de la COP25, encabezada por la Ministra del Medio Ambiente Carolina Schmidt, impulsó importantes avances normativos tales como la Actualización de la NDC presentada en 2020, la Estrategia Climática de Largo Plazo, y la Ley Marco de Cambio Climático que estableció la meta de carbono neutralidad al 2050, y los Planes Nacionales de Adaptación al Cambio Climático, donde FAO actúa como agencia implementadora de cuatro de ellos (Plan Nacional, de Biodiversidad, del Sector Silvoagropecuario y de Recursos Hídricos). Hablemos de seguridad alimentaria, nutrición y agricultura Sostenible, un tema en el que usted es experta. ¿Cuál ha sido el resultado de sus esfuerzos para crear consensos transversales en agendas políticas, de desarrollo e investigación? –El apoyo de la FAO responde al Marco de Programación País (MPP), documento que guía la asociación con el Gobierno de Chile, estableciendo las prioridades del trabajo conjunto para el período de mandato presidencial. El último vigente 20192022 se centró en tres desafíos del país relacionados con: disminuir las cifras de obesidad y sobrepeso; disminuir la pobreza rural y las brechas urbanorural; y lograr una mayor resiliencia del sector silvoagropecuario, pesca y acuicultura a los efectos del cambio climático. Todo esto considerando como ejes centrales la disminución de las desigualdades e inequidades, la protección de los derechos humanos y la promoción de estos grupos en instancias de participación en procesos políticos y oportunidades económicas. Un eje central en el apoyo de la FAO es el fortalecimiento institucional y la coordinación interinstitucional, en pro de alcanzar mayores resultados e impactos. Para FAO es muy relevante el diálogo, y escuchar a los territorios. Recientemente el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas convocó a una Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios que permitió realizar cientos de diálogos en el mundo con representantes de la ciencia, los negocios, la política, la salud y la academia, así como a los agricultores, los pueblos indígenas, las organizaciones juveniles, los grupos de consumidores, los activistas ambientales, entre otros. Chile participó de forma independiente y desde el Gobierno, y se realizaron más de 40 diálogos a lo largo de todo el territorio con diferentes temáticas. La FAO apoyó la realización de 17 diálogos

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