Conaf - Ministerio de Agricultura



21 de febrero, 2013

Reserva Nacional Isla Mocha, una tierra de contrastes

2.181 hectáreas conforman la unidad administrada por CONAF en la Región del Biobío.

CONAF

La mezcla perfecta entre cielo, mar y bosque. Una tierra de contrastes es la que ofrece la Reserva Nacional Isla Mocha, situada en dicho territorio insular. Más de 2.100 hectáreas de bosque nativo, miradores, lagunas, senderos, flora y fauna endémica, que sorprende y encanta a sus visitantes.

Son cerca de cuatro horas las que separan Concepción de Tirúa, dispuesta como la puerta de entrada a la isla, pues es del aeródromo de la comuna donde se debe tomar la avioneta para cruzar el mar. Toda una experiencia que le da valor agregado al viaje hacia isla.

Son 35 kilómetros, sólo 15 minutos en avioneta, los que separan al continente de la isla, escasa distancia que marca la diferencia para llegar a un lugar casi intacto, sin mayores intervenciones, donde sus habitantes aún se movilizan en carreta y el bosque se alza imperturbable frente al mar.

Serpenteando sus senderos, cada uno con distintas dificultades, el bosque va sorprendiendo a cada paso. El sendero Laguna Hermosa, con una longitud de 2.636 metros, se adentra hacia las profundidades de la Reserva Nacional con información del lugar a cada tanto, y sitios de descanso, pues posee un grado de dificultad alto, el cual se realiza en cerca de tres horas.

En relación a las mejoras que CONAF está implementando en la Reserva Nacional, el Director Regional Jaime Salas, dijo que este año se trabajará en la mantención de los senderos en los tramos que se han visto afectados por el paso del tiempo, “además de continuar con el trabajo conjunto con la ONG Oíkonos en el estudio y conservación de la fardela blanca, ave que se encuentra amenazada, y por otra parte, tramitar con Bienes Nacionales la instalación de una guardería definitiva en el lugar, ya que la anterior se vio afectada por el tsunami del 2010”.

Michelle Ortega, profesora de Historia, de Santiago,  comentó que lo que más llamó su atención fue “el grado de conservación del lugar y sus senderos, además de la tranquilidad que se vive en la isla, ideal para el descanso. El hecho que sea un lugar de difícil acceso hace que sea un turismo menos masivo y eso encanta, por lo que espero volver, pero esta vez por muchos días más”.

La Reserva Nacional año tras año va incrementando el número de visitantes y a la fecha ya superó con creces el número total de turistas de toda la temporada del verano pasado. “Tenemos un aumento cercano al 30% a la fecha, por lo que el pronóstico es súper favorable y esperamos doblar la cifra del verano pasado”, señaló Benito Millaleo, guardaparque de la Reserva Nacional.

Para Juan Carlos Hernández, chileno radicado en Suecia hace 15 años, quien en compañía de un amigo ha estado recorriendo el país desde sur a norte llegó a la isla y quedó gratamente sorprendido: “Los paisajes de Chile son inigualables, pero acá en la isla se vive una paz y se puede disfrutar de la naturaleza plenamente. Parece un lugar casi virgen, intacto y ojalá se mantenga así, para mantener en lo máximo posible esa imperturbabilidad que acá se vive”.

DEL ENCANTO AL ASENTAMIENTO

Miguel Herrera y Mercedes Sánchez son una pareja de españoles, ambos pasados los 50 años, de vivir sencillo y de actuar energético, cuentan que de la primera vez que pisaron suelo isleño supieron que éste era el lugar que andaban buscando luego de recorrer gran parte de los rincones del mundo.

En 2010 visitaron la isla por vez primera, y a pesar de haber experimentado y ser testigos del terremoto y tsunami del 27 de febrero del mismo año, aquello no les coartó las ganas de poseer un pedazo de la isla un año más tarde. “La isla reunía las características necesarias que ambos estábamos buscando; el bosque nativo y el mar en una armonía perfecta. Además, el terreno que compramos queda muy cerca de la Reserva Nacional, la cual recorremos una vez a la semana como mínimo”, comentó la pareja.

Lugares tan poco intervenidos por el hombre, donde el acceso a ellos es complejo hace que sea el destino ideal para los extranjeros. “Al recorrer los senderos de la reserva uno se recarga de energía, sale mucho mejor de como entró, no sólo es un cúmulo de árboles es un sitio en estado puro, con un valor escénico inigualable”, expresó Miguel Herrera.

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