Conaf - Ministerio de Agricultura



25 de febrero, 2021

Fase 2020 de Convenio CONAF-CONADI impacta en zona altoandina y trasciende logros para la región

Más de 70 bofedales recuperados, avances con el bosque nativo, empleos verdes, canales mejorados y hallazgo de especies logra quehacer en Área de Desarrollo Indígena andina.

CONAF

Significativas cifras, inherentes al quehacer productivo de la zona, así como logros ambientales ligados al trabajo de conservación y a la mitigación del cambio climático, dejó la fase 2020 del Convenio de Colaboración CONAF-CONADI para la Promoción Integral de Riego para Personas Indígenas, Comunidades y/o parte de Comunidades Indígenas de la Región de Arica y Parinacota.

Efectivamente, el accionar en 72 bofedales, junto a la reforestación de queñoas en predios de familias aymaras permiten hoy contabilizar un impacto en 1.939 hectáreas recuperadas, a través de 184 canales de regadío mejorados, con una extensión de 65.911 metros lineales, con el consiguiente beneficio en la ganadería camélida de la zona.

Estos resultados se combinan asimismo con aspectos sociales, representados en la contratación de mano de obra local para formar 6 cuadrillas de trabajo con un total de 26 contratos, que por aportar al mejoramiento medioambiental califican como “empleos verdes”, cumpliendo asimismo con la legislación laboral vigente.

Inversión CONADI
Emiliano García Choque, director regional de CONADI indicó frente a este segundo año del convenio, que “en el marco del desarrollo con identidad de los pueblos indígenas el convenio con CONAF tiene una especial relevancia. En esta segunda fase el financiamiento institucional ascendió a cien millones de pesos. Y algo muy relevante que se dio en esta oportunidad, fue que los beneficios del Convenio se extendieron a todas las comunas de la Región de Arica y Parinacota con presencia de bofedales y ecosistemas altoandinos, dando respuesta a las demandas de personas y comunidades aymaras residentes en el territorio”.

Para el director de CONAF “este accionar conjunto, junto con beneficiar al Área de Desarrollo Indígena, tiene la particularidad de trascender su territorio. Al mejorar los bofedales y avanzar en la recuperación del bosque nativo, estamos recorriendo un camino para retener las reservas de agua de la región y aportar a una provisión regulada del recurso.  Aquí, junto a las comunidades indígenas, estamos realizando una verdadera siembra de agua para la disponibilidad hídrica tanto de los valles costeros como para la ciudad de Arica. Por otra parte, tanto el manejo de suelos de estos ecosistemas, junto al monitoreo de especies, representan un accionar no siempre visibilizado frente a la gestión por la mitigación del cambio climático”.

Angelino Huanca, consejero nacional aimara y miembro del Consejo directivo ADI Altoandino para la comuna de General Lagos, indicó por su parte que “ojalá este 2021 continúe, porque es una necesidad de los ganaderos, en especial de General Lagos que vive de las llamas y alpacas que es su fuente laboral.  Yo agradezco también por haber contratado a los jóvenes de la comuna y frente al relevante hallazgo de especies, creo que hay mucho más, sólo que la comuna de General Lagos no está aún bien investigada, por eso hay que continuar con este trabajo”.

Delia Condori, consejera nacional aymara por la comuna de Putre, enfatizó a su vez que “es muy importante y positivo porque derechamente ayuda a nuestras comunidades a seguir manteniendo su forma de vida original. Ojalá se pueda gestionar más recursos para que operen de esta manera y otras autoridades formen parte de esto, inviertan y se sumen, que pongan dinero, porque todos se ven afectados por el cambio climático.

Monitoreo y hallazgos
El convenio CONAF-CONADI trabajo asimismo con líneas de acción del proyecto Manejo sustentable de la tierra, que durante el 2020 sumó un inédito Programa de Monitoreo de Humedales Altoandinos.

Fue así como se eligió una muestra aleatoria de tres de los 72 bofedales atendidos, uno por cada comuna participante, lo que permitirá contar con una línea base para mediciones periódicas de diversos parámetros.  En este contexto es que el quehacer de CONAF dio frutos novedosos y de gran interés noticioso en el mundo de la divulgación científica.  Por primera vez se logró un registro de sapitos de cuatro ojos (Pleurodema marmorata) en la comuna de General Lagos.

El hallazgo tuvo lugar en el bofedal de Cacanpalca, en propiedad de la familia aymara de Fortunata Valdés.  Sebastián Vidal, ingeniero en Recursos Naturales, quien efectuó los hallazgos, apoyado por Natalia Gutiérrez, autora del registro cartográfico, destacó que “estas labores fueron conversadas y apoyadas por la comunidad, ya que se contó con su aprobación para los respectivos monitoreos.

El sistema de cámaras trampa que se empleó en los bofedales piloto, permitió asimismo constatar la presencia de ejemplares de yaca del norte (Thylamys pallidior) en el bofedal Parcohaylla, comuna de Camarones. Este registro visual tiene especial importancia para conocer la distribución poblacional actual de uno de los cuatro marsupiales existentes en Chile.

Mario Salgado, gobernador de Parinacota, quien visitó recientemente el vivero de CONAF en Putre, donde se producen las especies para llevar posteriormente a terreno, indicó que “el programa es un tremendo aporte al ecosistema andino, al tiempo que se han realizado importantes hallazgos de especies nativas que permiten su conservación, pero lo más destacable es que han considerado mano de obra local y prácticas culturales ancestrales en el manejo sustentable de la tierra”.

Por su parte, el seremi de Agricultura, Jorge Heiden valoró que la gestión 2020 del convenio indicando que “es especialmente relevante no solo por el movimiento que generó en la economía de la zona, sino por el beneficio ambiental por la mejora en los bofedales y bosques, así como en los canales de riego”.

Impulso al bosque
Junto con accionar en las tres comunas del Área de Desarrollo Indígena (ADI) altoandino (Putre, Camarones y General Lagos), la fase 2020 del convenio sumó esta vez acciones en torno al bosque nativo del género Polylepis.  “Esto representa un impulso más a nuestra cruzada por recuperar el bosque nativo y va sumando al enriquecimiento ecológico que desde hace varios años venimos haciendo poco a poco, ya que es un trabajo que se realiza a altitudes superiores a los 4 mil metros”, especificó, Peñaranda.

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