Revista Chile Forestal N° 402, febrero-marzo 2022

72 / Chile Forestal La media luna es un método tradicional de plantación en el Sahel que consiste en realizar contornos con los que detener la escorrentía del agua de lluvia, lo que mejora la infiltración de agua y mantiene el suelo húmedo por más tiempo. Con ello se generan unas condiciones microclimáticas favorables que permiten el buen crecimiento de semillas y plántulas. Además, el arado Delfino es sumamente eficiente. Cien agricultores que excavan a mano los bancales tradicionales en forma de media luna pueden hacer una hectárea al día, pero con una excavadora Delfino enganchada a un tractor pueden hacerse de 15 a 20 hectáreas en un día. Una vez arada la zona, se siembran directamente las semillas de especies leñosas y herbáceas autóctonas y se plantan las plántulas inoculadas. Estas especies son muy resilientes y funcionan bien en tierras degradadas, ya que proporcionan cubierta vegetal y mejoran la productividad de los terrenos que antes eran rasos. LA IMPORTANCIA DE LAS TIERRAS RESTAURADAS Al devolver las tierras degradadas a la vida, los agricultores no tienen que limpiar más terrenos forestales para convertirlos en tierras de cultivo a fin de satisfacer la creciente demanda de productos alimenticios resultante del aumento de la población en África. EnBurkinaFaso,porejemplo, un tercio del territorio está degradado. Esto significa que ya no pueden utilizarse los más de 9 millones de hectáreas de tierras que antes se utilizaban para la agricultura, y se prevé que la degradación seguirá aumentando a un ritmo de 360 000 hectáreas al año. De no revertirse la situación, existe el riesgo de que se talen los bosques para dejar paso a terrenos agrícolas productivos. África está perdiendo 4 millones de hectáreas de bosque cada año por este motivo, pese a contar con más de 700 millones de hectáreas de tierras degradadas cuya restauración es viable. En Burkina Faso y el Níger, gracias al arado Delfino, ya se ha alcanzado y ampliado el número de hectáreas destinadas a restauración inmediata. En Nigeria y el Senegal se está trabajando en ampliar la escala de la restauración de tierras degradadas. “El compromiso a nivel local es esencial”, afirma Moctar. “Toda la comunidad participa y se beneficia de los cultivos forrajeros como el heno, que en solo dos años le llega a la altura de las rodillas. Pueden alimentar a suganadoy vender el excedenteypasar a recolectar productos no madereros, como frutas comestibles, aceites naturales para hacer jabón, miel silvestre y plantas para hacer medicamentos tradicionales”.

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