Revista Chile Forestal N° 401

32 / Chile Forestal biológica y riqueza genética enmateria de flora, aves y fauna. Y a la par es zona de patrimonio ancestral y presencia cultural viva por su población indígena, principalmente aymara y quechua, que interactúa con diversos actores sociales del territorio. Munita agradeció también en su discurso a los profesionales y guardaparques de CONAF Arica y Parinacota por su trabajo de años en la zona. También un esfuerzo de años fue la trayectoria que hubo para lograr esta ampliación de la Reserva de Biosfera Lauca, más allá de sus peculiares áreas silvestres protegidas, donde más del 90 por ciento es territorio de propiedad privada de familias y sucesiones aymaras. Y es lo que nos cuenta Sandro Maldonado, coordinador regional de la RBL y encargado de Asuntos Indígenas, quien ha sido uno de los profesionales que se dedicó a fondo a trabajar en la propuesta para la Unesco, junto con el jefe del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas, Carlos Nassar San Martín, quien este año se acogió a retiro. Según explica el profesional “la administración actual tomó ese desafío de ampliar la RB Lauca y de generar instancias de participación, siendo clave la oportunidad que el proyecto GEF Manejo Sustentable de la Tierra (MST) y su financiamiento a través del Banco Mundial”. Subraya además que la ampliación era necesaria para implementar las tres zonas que Unesco requiere para las reservas. El tema no fue fácil tanto por la decisión en sí, como por los recursos que se necesitaban para ello. Además, la relación con las comunidades locales ha sido desde años de tiras y aflojas y últimamente ven con buenos ojos la labor de conservación ejercida por CONAF. A través de diversas presentaciones Maldonado también ha hecho notar el cambio de paradigma que debió imprimirse y que aun cabe fortalecer y que permitió pasar a un enfoque sobre derechos de los pueblos originarios dejando atrás el asistencialismo y las miradas occidentales sin consideración a la cosmovisión andina. Para el caso de la ampliación de la RBL y según detalla Maldonado “era necesario contar con la participación y validación de las comunidades locales y sus representantes. Labor no menor si se considera que existía una falta de confianza generalizada al accionar público y cierto grado de temor al concepto de RBL toda vez que la creación de las ASP fue sin consulta, entonces corría el rumor de que ser RB era en el fondo afectar territorios particulares e indígenas como áreas silvestres protegidas con todas las problemáticas que eso acarrea”. La fecha clave fue el 30 de agosto del año 2018. “Ese día, refiere Sandro Maldonado, tuvo lugar el Taller de Diálogo y Participación Indígena, organizado desde el proyecto Manejo Sustentable de la Tierra (MST) y donde participaron más de 30 representantes comunidades indígenas, consejeros ADI y CNA de las comunas de interés para ampliar la RB Lauca. En dicha reunión entre los acuerdos alcanzados, uno clave fue el de ampliar la RBL a todo el ADI Alto Andino, como también indicar que la continuidad futura proyecto MST sería bajo el modelo de gestión de la RB Lauca”. Posteriormente se conformóel ComitédeGestiónde la RB Lauca, factor esencial para los requerimientos Montañista Alvaro Mamani

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