Revista Chile Forestal N° 394, junio - julio 2020

24 / Chile Forestal de COVID-19, que afectan a los seres humanos son zoonóticas y su aparición puede estar relacionada con la pérdida de hábitat a causa del cambio de la superficie forestal y la expansión de las poblaciones humanas en zonas forestales, ya que ambos factores aumentan la exposición de las personas a la flora y fauna silvestres. Las medidas dirigidas a luchar contra la deforestación y la explotación ilegal de madera se han intensificado en el último decenio, como también los acuerdos internacionales y los pagos basados en los resultados. Hasta la fecha, siete países han notificado una reducción de la deforestación a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y los países están accediendo a pagos del Fondo Verde para el Clima y otros mecanismos de financiación parecidos, en función de la reducción de las emisiones debidas a la deforestación y la degradación de los bosques. Las áreas protegidas no bastan por sí solas para conservar la biodiversidad La Meta 11 de Aichi para la biodiversidad (proteger al menos el 17% de la superficie terrestre en 2020) se ha superado en el caso de los ecosistemas forestales en su conjunto. No obstante, las áreas protegidas no bastan por sí solas para conservar la biodiversidad. En el mundo, el 18% de la superficie forestal, que equivale a más de 700 millones de hectáreas, se encuentra en áreas protegidas legalmente establecidas como parques nacionales, áreas de conservación y reservas de caza (categorías I-IV de la UICN). Sin embargo, PORCENTAJE DE PLANTACIONES FORESTALES QUE INCLUYEN ESPECIES NATIVAS E INTRODUCIDAS POR REGIÓN, 2020 estas áreas aún no son totalmente representativas de la diversidad de los ecosistemas forestales. En un estudio especial realizado para el SOFO 2020 sobre las tendencias en la superficie forestal protegida por zona ecológica mundial entre 1992 y 2015, se observó que, en 2015, más del 30%de las pluviselvas tropicales, los bosques subtropicales secos y los bosques templados oceánicos se encontraba en áreas protegidas legalmente (categorías I-VI de la UICN). El estudio también encontró que los bosques subtropicales húmedos, las estepas templadas y los bosques boreales de coníferas deberían considerarse una prioridad a la hora de decidir el establecimiento de nuevas áreas protegidas en el futuro, ya que menos del 10% de estos bosques está protegido en la actualidad. De igual forma, otras áreas que se deberían considerar de gran prioridad son las que tienen valores elevados de significación y estado intacto de la biodiversidad, como el norte de los Andes y América central, el sudeste del Brasil, algunas partes de la cuenca del Congo, el sur del Japón, el Himalaya y diferentes partes de Asia sudoriental y Nueva Guinea.

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