Conaf - Ministerio de Agricultura



17 de diciembre, 2013

Primer voluntariado forestal inició recuperación de bosques de queñoas

Al interior del Parque Nacional Lauca se realizó la primera jornada de un proyecto de largo alcance que busca la rehabilitación ecológica del bosque nativo degradado –por fuego y cortas-de la especie En Peligro de Extinción Polylepis rugulosa,

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A 3.700 metros de altura, y con el primer voluntariado que recogió el llamado de CONAF, fueron plantadas 210 queñoas al interior del Parque Nacional Lauca.  Se trató de la primera jornada de un proyecto de largo alcance que busca  la rehabilitación ecológica del bosque nativo degradado –por fuego y cortas-de la especie En Peligro de extinción Polylepis rugulosa, más conocida como queñua en el habla aymara.

El sentimiento mayoritario de quienes arribaron al sector Altos de Belén, era de alegría y emoción al ser partícipes pioneros de este primer voluntariado de orden forestal.  Antecedió la plantación una pawa en la que el yatiri Teófilo Cañari, junto a su esposa, Dora Ramírez, pidieron el permiso respectivo a la Pachamama y rogaron por la pronta aparición de las “lágrimas de oro y las lágrimas de plata” –corillanto y corquellanto- que representan las nubes hombre y mujer que traerán las lluvias estivales, y que reflejan la dualidad siempre presente en la tradición aymara.

Andrés Puiggros, director regional del SAG y Seremi de Agricultura subrogante, junto al director regional de CONAF Arica yParinacota, Héctor Peñaranda encabezaron la ceremonia de inicio del proyecto denominado “Enriquecimiento ecológico de los bosques de queñoa (Polylepis rugulosa) en el Parque Nacional Lauca, sector altos de Belén, precordillera de la comuna de Putre, provincia de Parinacota”.    El seremi (s) celebró la presencia de la comunidad y la presencia de jóvenes que vuelven a sus raíces, muchos de ellos como profesionales, en tanto Héctor Peñaranda subrayó que “no queremos que vuelvan a suceder quemas incrontroladas” en alusión a la explotación que sufrieron los bosques de la zona en el siglo pasado y que aún se repiten a menor escala.

El directivo de CONAF explicó también que este es un trabajo lento, cuyos resultados apreciarán a futuro los niños y jóvenes de la actualidad cuando puedan ver un bosque renovado.  De hecho cada una de las doscientas hoyaduras,  que realizó en forma previa un equipo mancomunado de Conaf y que integraron guardaparques, profesionales del Área Putre y personal de la oficina Arica, se ubicó junto a un tocón o tronco quemado del bosque antiguo, con el objetivo de restablecer lo que nunca debió desaparecer, ya que se trata de un ecosistema único dentro de la biodiversidad nacional.

Los voluntarios/as
De los casi treinta asistentes a la jornada, once fueron voluntarios directos que llegaron por los anuncios de prensa o por Facebook.  Nicole Torres Álvarez, estudiante de 5° año de Derecho, cuenta que “sabía poco o nada sobre la queñoa, pero vine a hacedr trekking a Parinacota y ahí conocí el árbol. Ser parte de esto es muy lindo.  Planté ocho arbolitos y ojala mucha más gente se entere y se interese y puedan venir en una próxima actividad”.

Del extremo sur
Marcela Piñones Cáceres llegó de la Región de Aysén, donde es jefa de la oficina provincial de Conaf.  Vistiendo una casaca de la Fundación Reforestemos Patagonia, cuenta del proyecto que se efectúa en su región en la Reserva Cerro Castilla, con el apoyo técnico de Conaf y voluntarios aportados por la Fundación, y detalla “.  Don Héctor Peñaranda ha difundido mucho el Programa y eso me motivó a solicitar la autorización para venir a ver nuevas experiencias aquí en el otro extremo del país.  El paisaje -la estepa patagónica- es muy similar al que se puede ver  acá,  pero sin duda las condiciones son distintas, como la altura de este lugar y que hace difícil venir a plantar, pero allá también tenemos condiciones extremas como el viento y las bajas temperaturas.  Aquí, a 3.700 metros, venir a plantar, traer agua, las herramientas,  hacer las hoyaduras, y ver cómo la Conaf hace patria, es muy impresionante”.

Ruth Sepúlveda llegó con su esposo, Eduardo Durán, que era tour operador en la zona.  Se manifiesta “ encantada de ayudar, feliz, feliz, Ojala se repitiera y ojala pudiéramos llegar a la gente para que tome conciencia sobre la importancia de estos  bosques y de los ecosistemas”.

Tanto el matrimonio anterior como Michael Sparmanns llegaron atraídos por el anuncio en la prensa local invitando a la plantación.  Michael es alemán y lleva un año y medio en Arica, donde trabaja realizando una investigación la localidad de Pica, en el Siglo XVII.

“Me enteré de la acción de reforestarión por el periódico y me emocioné inmediatamente porque en Europa esas acciones son muy comunes”, nos dice.

“Yo conocía el altiplano y la precordillera por varias visitas que he hecho, y sabía que anteriormente había bosques más grandes y más numerosos y de otras variedades, y tenía yo mismo la visión, por cuenta propia de plantar queñoas porque no sabía que habían iniciativas, y creía más bien que era una tierra olvidada.  Ahora con esta experiencia incluso aprendí como hacerlo, fue muy emocionante para mí plantar árboles y sentir que uno devuelve algo para que la naturaleza recupere su esplendor y además con esto se verá beneficiado Arica, por la calidad del agua”.

¿Cómo o quiénes practican este voluntariado en Alemania? Es una cosa más bien transversal.   Desde los años 70 hubo un movimiento medioambiental muy fuerte, especialmente relacionado con la energía nuclear y desde allí es que para cualquier actividad que sea enfocada en ese sentido, ya sea marítima, de los bosques, o de los campos, mucha gente hace eso.  Hemos llegado a un momento en que la gente en las ciudades cultiva hortalizas por ejemplo en las islas alrededor de los árboles de las calles, o cada uno patrocina o hace de padrino de un árbol, un arbusto, y lo cuida. Entonces hay una gran conciencia en la población que fue producto por un lado del susto,  del deterioro, la gran contaminación, que no es comparable con lo que pasa acá.  Había ríos con agua en la que uno no se podía ni bañar en esa agua sin quedar seriamente afectado, porque la industria no usaba filtros, no había una reglamentación medioambiental,  Ahora en los colegios se enseña y hay un  gran movimiento concientizador,  y en ese sentido,  Alemania, junto con Holanda fueron los precursores de lo que hoy es un movimiento ecológico mundial.

Edith Mollo Alcón, oriunda de la región dice que “había escuchado que la queñua está en peligro de extinción y como es lamentable, pensé qué podemos hacer, entonces cuando escuché de la campaña me inscribí de inmediato.  ¿Por qué? Porque amo mi región y quiero un futuro verde para mis nietos.

Otro grupo de voluntarios llegó de la empresa  Imaco que trabaja en la Ruta 235. Rodrigo Araya, ingeniero agrónomo propuso participar y “a mi jefe le gustó la idea y autorizó que formáramos un equipo, así que vinimos cuatro personas, y los trabajadores están muy motivados.  Esta obra es enriquecedora para las personas, pues aunque no hay remuneración, es satisfactorio aportar y yo invitaría a la gente de Arica a conocer estos bosques, porque no saben que existen”.  Sumaron también sus manos y refuerzos para el desafío Carabineros de Putre y una representación del Regimiento Huamachuco.

El proyecto
Cada una de las 210 queñuas plantadas, están georeferenciadas y marcadas con banderillas.  Es el primer parche o porción de una superficie de alrededor de dos hectáreas, emplazadas en el sector Altos de Belén, aledaño a la ruta A31 que une Zapahuira con Belén.  Otros dos sectores quedarán para futuras campañas, siempre en período lluvioso.

Guillermo Cisternas, profesional de apoyo del Departamento Forestal explica que junto con rehabilitar un área degradada del bosque nativo, este proyecto representa nuestro granito de arena para lo que es la captura de carbono, a fin de ayudar a mitigar o atenuar el cambio climático, lo que es una tarea de la CONAF.

Héctor Peñaranda, director regional de la entidad indica que “los árboles tienen múltiples funciones, ayudan a la producción de agua, a producir oxígeno, a mejorar el ambiente y ahora también este lugar será una reserva de carbono”.

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1 Comentario

para Primer voluntariado forestal inició recuperación de bosques de queñoas


  • Walter Quispe M el diciembre 17, 2013 at 18:48 Dijo:

    Fue una experiencia me hizo reencontrarme con mi pasado, cuando como pastor de ovejas caminamos entre medio de los bosquetes de queñua.

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