Conaf - Ministerio de Agricultura



11 de julio, 2015

La flora y fauna se está apropiando de la quebrada de Pan de Azúcar

La erosión fluvial trajo como consecuencia una profundización de la quebrada donde a 100 días del aluvión, ya existe una colonización vegetal y la renovación en los ciclos de vida de la fauna protegida en el parque nacional.

CONAF

Los parques nacionales son de por sí, laboratorios naturales. Los últimos hechos ocurridos en la región de Atacama permitió en esas zonas aisladas generar las condiciones para averiguar, tal como lo señaló el director ejecutivo de CONAF, Aarón Cavieres, qué dinámicas se producen al interior de ellos y realizar acciones de mantención e investigación geológica que permitan determinar los nuevos atractivos para el turismo de naturaleza y la innovación.

Lo sucedido durante el aluvión del 25 de marzo en el Parque Nacional Pan de Azúcar es en opinión de Ricardo Santana, director de CONAF Atacama, “una oportunidad para mejorar el manejo y control del parque preservando, protegiendo y conservando sus recursos, reducir el deterioro y los impactos sobre especies con problemas de conservación como el guanaco. En este plano tenemos que valorar la manifestación de este aluvión y otros anteriores que han quedado al descubierto, investigar y comprender las sucesiones ecológicas y la colonización de las especies, abrir nuevas oportunidades recreativas de los visitantes en alto contacto con la naturaleza, mejorar equipamiento de los atractivos, elevar la calidad de la experiencia de ellos, potenciar los servicios con participación local y afianzar la ciudad de Chañaral como puerta de entrada al parque y zona de desarrollo económico”.

De acuerdo a como lo explica Francisca Ravanal, jefa de Sección de Biodiversidad de CONAF, el fenómeno hidrometereológico provocó un impactante cambio en la morfología de la quebrada, profundizándola en un rango de dos metros en la zona más cercana a la playa y seis metros en las zonas más profundas.

La erosión fluvial provocada por el aluvión, trajo como consecuencia la profundización de la antigua quebrada Pan de Azúcar, dejando un modelado aterrazado del lugar. Este nuevo paisaje tiene un alto valor del punto de vista de belleza escénico, que aumenta el atractivo turístico del parque y las posibilidades de utilizarlo como un nuevo circuito de caminatas.

Guardaparques

Quienes vivieron el proceso fueron los guardaparques de Pan de Azúcar. En una primera instancia los aluviones hicieron imposible el tránsito por la costa, donde se produjo un embancamiento, y la quebrada por donde pasaban las rutas C-110 y C-112. Las reuniones posteriores de los consejos consultivos en el parque nacional renovaron los compromisos de CONAF con los entes que participan del turismo en el área silvestre.

José Luis Gutiérrez, administrador del Parque Nacional Pan de Azúcar, señaló que hicieron varios patrullajes por el sector de la guardería hasta un poco más allá del acceso al mirador, desde la ruta 5 a la C-110 donde se intersecta y comienza la C-112 y a la aguada de Quinchihue. “En esas visitas llegamos a la conclusión de que había que hacer una caracterización de la quebrada, poner estaciones de monitoreo a la largo para verificar como se producen los procesos de revegetación y de erosión que empiezan a actuar en los taludes del socavón que se generó allí”, explicó el profesional.

“Hemos visto zonas donde en un principio no se había generado ninguna especie de vegetación y cuando pasamos en otra oportunidad, logramos observar el registro de nueva vegetación. La idea es hacer un monitoreo anual de todos los puntos donde instalamos parcelas de seguimiento y una caracterización anual de toda la quebrada”, agregó Gutiérrez.

Biodiversidad

La labor de los guardaparques no se limitó a la quebrada, también se recorrieron las aguadas que existen al interior del parque donde, a tres meses de ocurrido el fenómeno hidrometereológico, estas continúan presentado afloramientos de aguas superficiales. Uno de estos sectores fue la quebrada de Los Sapos y la aguada de Cachinal, donde se pudo observar el ciclo completo de metamorfosis del sapo de Atacama (Rhinella atacamensis), cuya estado de conservación es desconocido por cuanto se cuenta con poca información disponible.

Gutiérrez afirmó que “no se tiene un mapeo de la zona donde vive el anfibio, y en ese sentido hay que hacerle un seguimiento, porque hay otras aguadas fuera del parque donde hay registros de su presencia”.

Los zorros y guanacos han vuelto a ocupar sectores como el mirador y la quebrada, debido a la poca presencia del hombre en esos lugares. “Sin acceso vehicular se ha generado un proceso de restauración natural en los lugares que eran hábitat del guanaco, donde por presencia humana se dejó de ver. Ahora están retornando”, dijo el administrador.

En cuanto al turismo se está trabajando con visitas guiadas por guardaparques hasta un sector conocido como el mirador chico y se implementó también la modalidad de recorrer la quebrada, lo que llamó la atención de los visitantes.

Para la puesta en valor del Parque Nacional Pan de Azúcar existen proyectos en desarrollo en conjunto con la Subsecretaria de Turismo que cuenta con una inversión de $250 millones a ejecutarse hasta el 2018 y que podría significar la apertura de nuevos circuitos de caminatas conectando los principales atractivos, todo ello acompañado de señaléticas que permitan una experiencia completa y bien informada para los turistas.

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