Conaf - Ministerio de Agricultura



14 de abril, 2014

Guardaparques de CONAF efectúan censo de Suris en Parinacota

Durante este año se diseñarán sistemas de protección a las zonas de anidamiento de esta especie categorizada como “Insuficientemente conocida”.

CONAF

Un masivo censo de suris, especie conocida también como ñandú de la puna, efectuó la CONAF en la región de Arica y Parinacota.  Los recorridos para obtener las estimaciones poblacionales de esta ave –una de las más antiguas de la fauna americana- concluyeron este sábado, y abarcaron la provincia de Parinacota, en especial las áreas silvestres protegidas, donde un equipo de seis guardaparques está enfocado en la tarea.

El suri (Rhea pennata tarapacencis) es una de las subespecies de ñandú descritas para el neotrópico (sud y centroamérica, el Caribe, Florida y sur mexicano) asociado a sectores altoandinos o de puna.  Para el caso chileno en tanto, se trata de una de las cuatro especies para las cuales CONAF dispone de una Plan Nacional de Conservación con expresión en la región.

Guillermo Cisternas, director de CONAF Arica y Parinacota, resaltó que para el presente año está considerado hacer una evaluación y modificación de la metodología utilizada en el monitoreo de la especie.  Asimismo se contempla efectuar un catastro y diseño de protección a las zonas de anidamiento de la especie.

Categorizado actualmente como una especie “Insuficientemente conocida”, el suri enfrenta amenazas no sólo por parte de los depredadores naturales, sino por la invasión de su hábitat a través de la actividad humana tales como el avance de carreteras, la minería,  el turismo y en el caso del Parque Nacional Lauca, el intenso tráfico vehicular de la zona.  Se agregan asimismo la competencia alimenticia con otras especies, situación aparejada a la disminución de humedales y bofedales altoandinos.

Los suris son aves polígamas y una de sus peculiaridades es la postura de los huevos de varias hembras en un solo nido, cuya construcción estuvo a cargo del ejemplar macho, el mismo que toma a su cargo incubar los huevos.  En Parinacota es posible aún avistarlos en pequeñas bandadas, pero luego huyen a la velocidad que les caracteriza, es decir, unos sesenta kilómetros por hora.

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