Revista Chile Forestal N° 391, julio-agosto 2019

Chile Forestal / 5 de sustentabilidad, los espacios de uso público y la visitación. Ya estamos licitando servicios ecosturís- ticos y nuestro próximo desafío es trabajar los nue- vos planes de manejo bajo el sistema de estándares abiertos, es decir, con una alta participación de la comunidad”. En el plano de la conservación de especies de flora y fauna, solo entre las regiones de Los Lagos y de Aysén, se ha estimado la existencia de 59 especies de vertebrados y 15 plantas nativas en categorías de conservación rara, vulnerable, en peligro y en peligro crítico. Las especies más relevantes, a las cuales beneficiará el aumento de territorio de conservación, son: huillín, güiña, puma, guanaco, pudú y huemul. En el valle Chacabuco, la población de huemul, incluida la Reserva Nacional Lago Cochrane, es de unos 120 individuos, lo que representaría un alto porcentaje de la población global de la especie. Así, el incremento de área pro- tegida para huemul sería altamente beneficioso, ya que el posible aumento poblacional depende directamente del aumento del espacio, así como también para guanacos. Este valle, de igual mane- ra, permite conservar la estepa patagónica, un eco- sistema escasamente representado en el SNASPE y poco protegido a nivel global. Entre las especies más beneficiadas están las aves, anfibios e invertebrados de esta zona del país, como también algunas aves migratorias, ya que to- dos son exclusivos de zonas boscosas, húmedas y poco alteradas, por ejemplo, la ranita de Darwin, el carpintero negro y el chucao, entre otras. La flora amenazada más emblemática que se en- cuentra en el Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins son el alerce, ciprés de la cordillera y el ciprés de las Guaitecas. Según el Catastro de vegetación nativa, la formación de alerce en este lugar (81.000 hectáreas), cuadruplicará la super- ficie actual de dicha formación protegida en el SNASPE.

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